Científicos desarrollan una metodología para mejorar el desempeño del Ballet del Teatro del Bicentenario.

Bioingenieros sanjuaninos trabajan para poner la tecnología al alcance de los bailarines. La idea es analizarlos para optimizar su rendimiento y prevenir lesiones.

En un ambicioso esfuerzo por combinar la ciencia de la biomecánica con la gracia artística del ballet, un equipo de científicos y bailarines de San Juan ha lanzado un proyecto innovador. El equipo de investigadores es liderado por la bioingeniera Silvia Rodrigo y su codirector Fernando Muñoz, quien además de ser bioingeniero es bailaría y fundador del ballet Proyecto Tango San Juan.

El trabajo, tiene como objetivo desarrollar una metodología pionera para valorar el entrenamiento del ballet del Teatro del Bicentenario. La génesis de esta iniciativa surge de años de experiencia en el campo de la biomecánica y la ingeniería de rehabilitación. “Tenemos una amplia experiencia en el desarrollo de contenidos actualizados que integran teoría y práctica en nuestros cursos”, explicó a Diario La Provincia SJ, Rodrigo, quien forma parte del Instituto de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan.

El enfoque interdisciplinario del proyecto se nutre de la experiencia de Fernando Muñoz, cuya pasión por la danza se combina con su formación en bioingeniería. La idea fundamental es establecer una metodología que permita valorar los resultados del entrenamiento físico para los bailarines que participan en el programa de formación del Teatro del Bicentenario.

“Nuestro objetivo es desarrollar una metodología integral que permita evaluar de manera precisa y detallada el entrenamiento físico de los bailarines, tanto aquellos que están en formación como los profesionales. Queremos identificar patrones de movimiento y fuerza durante los pasos y saltos característicos del ballet, y utilizar esta información para optimizar la técnica y prevenir lesiones”, agregó la científica.

Paso por paso
La primera etapa del proyecto se centra en comprender a fondo las características biomecánicas específicas de la práctica del ballet. Esto implica analizar los patrones de movimiento y las fuerzas involucradas en los pasos y saltos característicos de esta forma de arte. Mediante el uso de cámaras de video y una cinta caminadora instrumentada, el equipo recolectará datos cinemáticos y cinéticos para comprender mejor los gestos motores que conforman el ballet. 

“Estamos en la etapa inicial de adquirir un lenguaje común entre nuestra disciplina y la de los bailarines”, explicó Rodrigo. “Nuestro equipo comenzará analizando datos biomecánicos y registrando movimientos en la cinta caminadora instrumentada, que nos proporcionará información esencial sobre las fuerzas involucradas en los movimientos”.

El siguiente paso es el registro de datos biomecánicos, que se realizará en el laboratorio de biomecánica. Con esta información en mano, la tercera etapa se enfocará en el procesamiento y análisis de los datos para identificar patrones y obtener indicadores de los resultados del entrenamiento.

“No solo estamos buscando beneficiar a los bailarines del Teatro del Bicentenario, sino también a la comunidad en general”, señaló la investigadora. “A través de esta metodología innovadora, esperamos contribuir al avance del arte y al mismo tiempo, brindar nuevas herramientas para la prevención de lesiones y el perfeccionamiento técnico. Estoy súper entusiasmada con esta oportunidad de devolver a la sociedad el conocimiento que hemos acumulado”, concluyó Silvia.

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